viernes, 12 de febrero de 2016

BONDAD

La bondad no tiene sabor, pero va ahondando en el que entra en su radio de acción.
No es cautivadora ni espectacular, no es enfática ni alza la voz en un discurso de " aquí estoy yo".
Podría decir que no enamora, pero te llena de amor.
Al Dalai Lama le preguntaron cual era la virtud humana que más valoraba, contestó sin vacilar: "La bondad".
Pues finalmente la bondad es la inteligencia más profunda, la que llegó a la comprensión total y más alta.
Socialmente está infravalorada, se habla de la bondad casi en términos despectivos: "Fulano es una buena persona", y entendemos que es tonto, que se deja pisar, que pondrá la otra mejilla, que en su ruta podremos abusar y dominar.
El vino, el sabor intenso, son fuente de placer, pero el agua sacia la sed, es el origen de la vida, nuestro propio cuerpo es en gran parte agua.
Quien llega a la bondad alcanza su propia esencia.

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