viernes, 19 de septiembre de 2014

RESISTENTE


El silencio al atardecer en el Cerro de Layos.
Las caminatas con Pedro y Diego por nuestro río, y el vuelo vertical de la chocha entre el tupido bosque de los juncos y los álamos blancos.
Reyes cantando.
El fondo gris plomo y mate del lienzo, la cuna que yo preparo para recibir a la pintura.
Los Maestros que me enseñaron sin que yo me diera cuenta, sin un grito, sin una amenaza, ahí permanecen dentro de mi como los apóstoles, como los profetas que vieron.
El día en que se acabó la fiesta.
El cerro de los cojos, de los iluminados, del llanto y el grito y la risa.
Las páginas en las que me encontré.
Mis hermanos vivos , esos que la gente da por muertos.
Mi curva de paz. 
Mi rampa de lanzamiento. 
Mi cueva de luz. 
Mi bosque poblado.
Mi esquina. 
Ellas que me hicieron crecer.
Yo que me resisto a morir.

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