lunes, 22 de septiembre de 2014

UN DIA CUALQUIERA

Me levanté temprano con la primera luz, hice mi escrito diario, leí la noticia del descalabro del mundo, dediqué mi tiempo después a la cotidiana lucha por mantener mi pequeño espacio protegido. Se cruzaron conmigo los quehaceres de dos de mis hijos, de nuevo están en casa, su refugio,  mi humilde guarida.
Los cuadros en el Estudio avanzan y retroceden. La trementina invade todas las estancias. Y la música.
Me acompaña el hombre de negro, y me va contando que el mundo se ha ido, pero él sigue cantando,  a pesar de las malas noticias y los llantos.  Y salió de su celda y ya no  piensa como los hombres del pasado a pesar de que canta la misma canción de siempre. Su voz es grave y profunda pero, por fin, le salió la alada canción leve. " You Got Me Singing".
No es el mundo el que se ha ido, es él,  enjuto,  el que se ha desprendido de tantas cosas, y nos ofrenda sus canciones. La voz de ultra tumba se funde y se interpone con los coros celestiales.
En algún momento fue árido amar, ya no lo es.

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