miércoles, 15 de julio de 2015

JUVENTUD

En un viaje en tren hacia Sevilla, junto a mi padre, hace ya algunos años, cuando mis hijos estaban todavía en edad escolar, él me preguntó si alguno de ellos seguiría mi vocación artística.
Le respondí que no, y él contestó: “ Menos mal, ninguna familia resiste dos generaciones de artistas”.
Además de que eso no es verdad, y estábamos en el terreno del humor y las risas, luego la vida viene con su corriente y nos desdice a todos.
Reyes está en Bellas Artes, pinta como quien canta, y canta como si hablara. Hace unos vídeos de imágenes y músicas inspiradas, aprendo de ella, aprendo de los que vienen a renovarnos, los tiempos cambian, mi corazón se abre, comprende, se emociona.
Aunque yo sigo en mi caballete pintando rostros y cerros, y la pintura de siempre seguirá por siempre.
Pero qué importa la pintura, veo los ojos de Reyes y me lleno de frescura y de su alegría.
¡La pureza de la juventud incontaminada! , no cambies nunca, Reyes. Sigue en tu sueño que es más real que toda la triste y pesada burocracia de la vida muerta y opaca de los que sólo piensan en ganancias y seguridades.
Escucho mientras escribo a Melody Gardot, ella hace canciones que parecen rescatadas de la eternidad, la belleza sigue expandiéndose, qué falso que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Lo mejor siempre está ahí, tras el último cerro del horizonte.

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