miércoles, 13 de diciembre de 2017

OTRO SENTIDO

No sé por qué tengo un reloj en la cabeza y, sea la hora que sea, en la madrugada o a mitad del día, sé exactamente que hora es sin mirar el reloj; no sé por qué nunca entendí el álgebra y me costaba tanto hacer derivadas, y todavía tengo pesadillas con exámenes de física y química y es como atravesar un muro macizo y me despierto alterado e impotente ante mi precariedad. No sé por qué voy a los museos y veo los fallos de los grandes Maestros a la primera y sin analizar los cuadros, y ya desde niño sabía quién era el bueno de verdad, y al escuchar el piano crecía la emoción vibrando dentro de mi como un universo de intensidad ilimitada. Y sabía entender las miradas que, a veces, significaban lo opuesto de las palabras que esa misma persona pronunciaba. No sé por qué, haga lo que haga, incluso rebasando a veces la raya de la excelencia, nada cambia, todo sigue siendo igual, mis bolsillos vacíos, la sensación que yo tengo de mi mismo inalterable, puedo pintar muy bien unos ojos, eso no significa gran cosa, puedo seguir en el abismo o rozar la cumbre, eso también es insignificante.
Quizá sea el gran amor lo único que cambia el verdadero curso de las cosas.
La vida sigue siendo igual, pero todo tiene otro significado.

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