martes, 23 de diciembre de 2014

EMBOCADURA

En la aproximación a la realidad, cuando quiero pintar con exactitud, la mentira se hace evidente. La pintura fotográfica, en el mejor de los casos, es un alarde técnico.
Es necesario atravesar los objetos para rozar el alma de las cosas y los seres.
Y tampoco quedarse ahí.
En ese transito ir quebrando los límites del dibujo, dar un paso más allá del color, fusionar los bordes, acercarse a lo total.
Es el mundo real el que nos llama, pero a medida que vamos penetrando en él, nuevos mundos inefables se abren ante nosotros, la realidad es entonces sólo una corteza, solamente una apariencia, hay un descenso paciente, penoso, una embocadura oscura por la que se va a tientas, hasta que uno cae vertiginosamente en la ingravidez del espíritu y la luz.

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