Y nunca es el mismo paisaje, ha cambiado el color, el cielo es otro, el viento limpia las brumas, los árboles están más crecidos.
Y el corazón del que mira también cambia, en estado de gracia todo arde, la profecía está en la mirada, es el corazón enamorado el que da un sentido total a la tierra roja, al cerro solitario, a los desnudos árboles, a la nube que se cruza en aspas rompiendo los cielos.
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