jueves, 7 de mayo de 2015

AGUA BENDITA, EPIFANIA II

El nuevo Papa Francisco, ha mandado instalar tres duchas en el interior de los baños que hay bajo las columnas de la basílica de San Pedro, en esos baños que están destinados a la inmensa cantidad de turistas que visitan a diario el Vaticano.
La idea de las duchas surgió cuando Francisco mandó al sacerdote polaco Konrad Krajewski ( el Limosnero del Papa) a salir personalmente para ayudar a los necesitados como hacía él, cuando era Arzobispo de Buenos Aires. En los alrededores de la plaza de San Pedro abundan los mendigos y los vagabundos. Fue entonces cuando El Padre Corrado, así llaman a Krajewski, se puso en acción, y quiso invitar a comer a un mendigo italiano llamado Franco en el día de su cumpleaños. Pero el mendigo rechazó la invitación pues sentía vergüenza de su mal olor. Aún así, acabó aceptando, y en esa comida le explicó al Padre Corrado, cómo en Roma era relativamente fácil conseguir algo de comida en cualquier momento, la dificultad estaba en encontrar lugares adecuados para lavarse y asearse.
Las duchas ya están en funcionamiento, y los baños del Vaticano se han llenado de mendigos.
La sorpresa surgió, cuando un día, el Limosnero del Papa vio entrar en las duchas a un hombre trajeado impecablemente, pulcro, con un maletín de piel valioso y unos zapatos relucientes. El Padre Krajewski aguantó pacientemente a que aquel distinguido señor, terminara de ducharse junto a los mendigos. No acertaba a comprender el motivo por el cual aquel hombre elegante se duchaba allí rodeado de vagabundos y peregrinos sin techo, le asaltaba una curiosidad imparable. Y cuando salió aquel hombre, de nuevo perfectamente vestido, le detuvo y le preguntó por qué había elegido ese lugar.
La respuesta fue : "Yo sí que necesito purificarme, dónde mejor que en este agua bendita"

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