martes, 24 de junio de 2014

INTERROGACIONES.

  Me gustaría saber por qué me inquietan los peces gordos en sus cochazos tanto como los vagabundos durmiendo en los soportales de las casas o bajo los puentes con sus cartones y sus cochambrosas mantas.
  Me gustaría saber por qué Velazquez pintó a sus filósofos con ropas de vagabundos.
  Me gustaría saber por qué Chaplin nunca olvidó a su propio vagabundo.
  Me gustaría saber por qué escuché una oración llena de piedad en un parque y no se me olvida ese      rostro barbudo , mirando al cielo, olvidada la rebeldía, aceptando en el silencio prolongado.
  Me gustaría saber por qué Tom Waits se viste de vagabundo y canta con la voz rota de los desheredados.
 Me gustaría saber por qué Jesús pronunció las bienaventuranzas.
 Me gustaría saber por qué hay tanta luz en las derrotas.
 Me gustaría saber por qué Oscar Wilde escribió su mejor obra en la cárcel.
 Me gustaría saber por qué se suicidó Van Gogh y Sándor Márai y Romain Gary y Stefan Zweig.
 Me gustaría saber por qué Saint-Exupéry emprendió su último vuelo.
 Me gustaría saber por qué Hölderlin y Nijinski fueron sepultados por la locura, por qué precisamente                   ellos.
 Me gustaría saber por qué en el temblor de Zoran Music hay tanta espiritualidad.
 Me gustaría saber por qué Leonard Cohen canta mucho mejor con su voz octogenaria.
 Me gustaría saber por qué en Rembrandt, el pintor de las penumbras, hay una luz inmanente.
 Me gustaría saber por qué seguimos separando la luz de la sombra.
 Me gustaría saber por qué la torpeza de Morandi es clarividente.
 Me gustaría saber por qué las revelaciones son abismales.
 Me gustaría saber por qué el lobo nunca atacó al hermano Francisco de Asís.
 Me gustaría saber.

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