martes, 3 de junio de 2014

REALIDADES

No sólo por el color de los ojos o el tamaño de los huesos somos únicos, estamos en todo constituidos individualmente, cada uno a su manera y pertenecemos a distintas realidades, los que nacieron para ganar dinero, los que nacieron para crear , los que nacieron para la santidad y viven para los demás, todos somos necesarios y es absurdo establecer jerarquías, pues también somos partes de lo total.
   Y hay una realidad abrumadora que se impone, la existencia de los cielos, del agua, de la tierra, sus continuos cambios, el agua como espejo que absorbe todos los otros planos, el cielo que se nubla de mil distintas maneras, o que aparece radiante y azul, los robles, los fresnos, los álamos, los alcornoques y las encinas, catedrales naturales, los miles de pájaros que anidan en esos árboles y cruzan esos cielos. Y la tierra es roja y gris y negra y azul.
 Ni un solo día de mi vida, ni los más faltos de fe y desganados, ni los sufrientes días en que el corazón está en los zapatos, he dejado de maravillarme de la gran belleza que nos abraza, que nos mece, que nos regala el milagro real de esa sinfonía en perpetua creación, esa música que debería envolvernos a todos.
  Y yo me pregunto:  ¿ Como se le puede poner precio a un árbol, a un manantial o a un cielo?
  Si, son distintas realidades...

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