lunes, 26 de enero de 2015

DYLAN

Escuchaba una canción de Bob Dylan cantada por otro y pensaba en lo buena que era la canción en si. Cuando Dylan canta sus propias canciones las desconstruye y las rompe hasta que los pedazos supervivientes saltan en su inconfundible voz, es Bob Dylan el que suena más que la propia canción. Su personalidad es tan grande que hace invisibles las melodías, todas las canciones acaban siendo la misma canción. Esa voz nasal que arrasa con todo lo bueno y lo malo. Es eso tan moderno del estilo, del sello de autor, ese alambre por el que se mueve el genio.
Tiene la canción más hermosa de todas: Knockin' on Heaven’s Door.
Le fui a ver, con mi hija Reyes, hace cuatro años a un concierto en Barcelona.
Fue decepcionante, el sonido de los instrumentos atronaba, y su voz apenas se oía. Parecía un burócrata . Despreciaba al público.
El mítico autor que sigue creando hermosas canciones, las canta aburrido, se ha convertido en una caricatura de si mismo.
D’ont think twice, it’s all right...

No hay comentarios:

Publicar un comentario