domingo, 18 de enero de 2015

QUIETUD, LENTITUD, PAZ.

Saborear los logros, los éxitos, a ritmo lento, despacio, dejando pasar los segundos, hasta que cale hasta los huesos la certeza de que esa conquista no va a aumentar tu estatura ni un solo cm.
Encajar los reveses de la misma forma. Lentamente. Y mirar como tampoco cambian tanto las cosas, que esos hechos malogrados son parte de una realidad que va unida a lo otro, al suceso redondo, al hecho consumado con éxito.
Pararse, ver que los cielos siguen su movimiento ajenos a nuestros delirios de supuestas grandezas, de oscuros abismos.
Esa certeza de que ni lo uno ni lo otro cambian nuestra esencia, otorga la verdadera paz.
Y nos hace estar más cerca de la invulnerabilidad.

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