miércoles, 21 de enero de 2015

MAQUILLAJES

Para avanzar y llegar a tierra nueva hay que desviarse del camino trillado.
Despojarse de nuestras rutinas, de esa manera de hacer en la que nos reconocemos.
Cuando, pintando, renunciamos a nuestro modo,  y dejamos atrás todas esa cargas de experiencia  y repeticiones, que en la acumulación nos han constituido, parece que el cuadro se queda desnudo, indefenso en si mismo.
Es ahí, en esa precariedad, donde podemos ver lo esencial.
Y el que tenga valor que lo deje así.
Y renuncie a todo el entramado del maquillaje aprendido.
Y puede que la verdad brille entonces en el “No Sé”.

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